Terapia de Masaje – Evil Rick

La Doncella de Oro era el mejor spa de la ciudad. La zarigüeya Randall y el búfalo Jack habían logrado reservar un día gracias a los baales dorados que tenían, e iban a quitar todo su estrés con unos masajes.

Jack era alguien bastante tímido, así que cuando entreno con una toalla no pudo evitar sonrojarse por las grandes tetas y el inmenso culo de su masajista, Huan la panda. Ella se muestra bastante cordial, haciendo que se ponga comodo para iniciar su masaje

La mujer coloca sus manos aceitada en la espalda baja de Jack, preguntándole sobre su vida personal, enterándose que está soltero. Notando su gran carga de estrés, la mujer decide probar un nuevo método de relajación, cubrir sus grandes senos con el aceite y empezar a frotarlo sobre la espalda de Jack.

El se empezaba a sentir más relajado, pero cuando se da cuenta de la situación, se voltea con vergüenza para detener a Huan. Sin embargo, cuando lo hace descubre su gran erección dura. Ahora era imposible que la panda lo dejara en paz sin darle lo que quería.

Huan se acerca a su polla y empieza a hacerle una mamada profundo, llevando toda su polla de toro a su boca. El hombre tímido era incapaz de resistirse y admite que la panda era maravillosa. Por eso, tampoco quería desaprovechar la oportunamente de probar su vagina rosa.

Jack pone a Huan sobre la mesa, abre sus piernas, y empieza a saborear su intimidad con su lengua, dejándola lo suficientemente para penetrarla. Pero antes de esto, Huan le coloca más lubricante a su gran polla que le daría un mayor placer a la experiencia.

Dicho y hecho, en cuanto Jack comenzó a follar a la masajista, el placer que sentía era indescriptible, sintiendo la estrechez de su vagina apretarlo. Jack mordisqueaba los grandes pezones de la mujer mientras la follaba, haciendo que soltara sonoros gemidos donde le rogaba que le diera más duro.

El hombre así la complació, cogiéndola en cuatro, apretando su vagina, hasta hacerla correr. Cuando estaba al borde de su clímax, exigió que se pusiera de rodillas, así podía cubrir su bello rostro e inmenso pecho con su semen.

Ella estaba sorprendida, saboreaba con sus dedos la esperma caliente de su cliente. Amablemente, se dispone a buscarle una toalla para limpiar a Jack también, pero cuando se da la vuelta, el búfalo admira el trasero delicioso de la panda, así que no se contiene y la toma de espaldas.

Ya no había indicios del hombre tímido que entró a la habitación, aunque Huan intentaba negarse, Jack seguía caliente y enterró su inmensa polla en el culo de la masajista, sin dilatarlo.

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