The Evil of Commons 2

A las súcubos no solo les gustaba el semen fresco, ellas lo tenían como un material sagrado de canje, igual al petróleo o el oro, y lo cosechaban en espacios similares a enfermeras, teniendo sexo con los humanos. Esta explicación la da una sucubo de pelo negro, mientras hacia que el joven Nagisa-Kun chupará su coño.

El chico estaba avergonzado, pero igual lamía el clítoris de la mujer mientras metía sus dedos en ella. La sucubo disfrutaba, hasta que vió que Nagisa-Kun también intentaba masturbarse, eso era inaceptable para ella, así que se terminó de desvestir para abrir su vagina ya húmeda con sus dedos.

Ese era el sitio donde debía dejar su carga de semen, en el interior de sus pegajosos pliegues vaginales. El no lo piensa mucho y empieza a follar a la mujer de un sentón, aunque rápidamente ella toma el control, poniéndose sobre él para cabalgarlo, dando potentes sentones que permiten que suelten su carga caliente en ella.

Esa sensual súcubo se llamaba Elfriede. Desde hace un tiempo se había hecho pasar por la enfermera de su escuela para tener una excusa para que puedan follar con discreción. Aunque siempre debían esperar tres días para que ella lo vaciará, pues aparentemente era el tiempo que necesitaba para que el semén este fresco.

Elfriede iba a irse por un viaje de una semana, así que le dió permiso de que él mismo se pajeara. Obviamente, no sin antes darle un oral que lo vaciará como su recuerdo especial.

Se suponía que eso debería ser un alivio para Nagisa-Kun, pero se había acostumbrado tanto al sexo, que incluso fue a la enfermería con la esperanza de encontrar a Elfriede. Obviamente no la encontró, pero sí halló a Mia, otra súcubo que tenía una lencería mucho más descarada que “Elfri-Chan”.

Mia había oído varios rumores del gran paquete del chico, y quería probarlo por sí misma. Sin ninguna vergüenza le sacó el pantalón y empezó a chupar su polla, diciéndole que imaginará que era Elfriede. El le atribuye su calentura a los poderes de la súcubo, pero rápidamente se va perdiendo en la lujuria.

El chico empieza a alabar la boca de Mia, tan estrecha como una vagina, gritándole para que tragará todo su miembro hasta que finalmente se corriera en su boca. Eso fue solo un preludio, ahora sí Mía activo su habilidad para aumentar el tamaño y grosor.

La súcubo se puso a cuatro, humedeció sus dedos con su saliva y empezó a frotar su coño para Nagisa-Kun, era evidente lo que quería, y el chico se lo dió. Empezó a follarla mientras le exigía que gimiera como la perra que era, tomando sus tetas que saltaban descontroladamente y apretando sus pezones.

Según Nagisa-Kun, ese era su castigo por ser tan promiscua, pero Mia solo gritaba de placer, corriéndose sobre la polla del chico. Cuando se corrió dentro de su vagina, inmediatamente empezó a follarla por el culo con el mismo salvajismo. Se suponía que esa semana él estaría libre de súcubos, pero ahora tenía una nueva mujer para follar diariamente hasta la vuelta de Elfriede.

Sé el primero en valora este Comics.

Promedio: 4.7 / 5. Votos: 3

Categorías
Etiquetas