Había dejado que las cosas fueran muy lejos, pero como no podía hacerlo si ella tenía un increíble cuerpo grandes tetas, hermoso culo y un aroma angelical. Por eso, Hindenberg no pudo evitar mentirle a la recepcionista diciendo que era el nuevo profesor de química para que lo dejará pasar a la escuela.

Lo que hacía era peligroso, así que la decisión de devolverse era tentadora, pero entonces empieza a oír unos pequeños gemidos en un salón. Era esa chica, Sid, que estaba dejando que el equipo de matemáticas tocará su cuerpo, le quitará las bragas para presenciar su dulce vagina rosa.

El gordito, Bobby, le encanta tanto esa vista que no dudo en penetrar su culo con su lengua, saboreándolo hasta dejarlo lleno de su saliva. Los otros chicos estaban tan excitados por la vista que mostraron sus grandes erecciones a Sid que, por supuesto, no tuvo problemas en que le golpearan su cara con ellas.

La chica estaba disfrutando de pajear sus inmensas pollas, turnándose para meterselas en la boca y darle placer a cada hombre. Pero ella también era bastante amable, se sentía triste que Bobby no quisiera unirse porque su polla no era como las otras.

Ella lo incentivó diciéndole lo bueno que debe estar, aunque grande fue su sorpresa al ver que Bobby tenía una polla más grande que los atletas de la escuela. Ella estaba encantada y no dudo en empezar a chupársela, dándole una garganta profunda para saborearlo completo.

Cuando la tuvo bien lubricada, empujó al chico y de un sentón lo clavó en su culo. Ahora eran los dos atletas que estaban acomplejados, pero a Sid no le importaba, solo disfrutaba como Bobby golpeaba con fuerza su vagina y apretaba sus inmensas tetas que rebotaban con fuerza.

Sus gemidos empezaban a hacerse más sonoros, así que para callarlas, los otros dos hombres se acercaron para hacerla ahogar con sus pollas. Sid no se quejaba, todos sus agujeros estaban siendo usados para satisfacer a los hombres de su escuela, y ella estaba feliz en ayudarlos.

Finalmente, los chicos se corrieron sobre ella, marcándola con su semén caliente. Ella esperaba seguir teniendo sexo, pero Hindenberg llega para gritarles por su mal comportamiento, y obliga a los chicos a irse despavoridos.

Sid estaba cohibida, totalmente sola y desnuda con el “profesor” Hindenberg. Ella no lo reconoció e intentó excusarse con que solo estaba jugando con sus compañeros, así que el hombre quiso aprovecharse y ver si quería “jugar” con él también.

Hindenberg apretó a Sid entre su pecho, haciéndola sentir su dura erección en sus pantalones. Ella estaba más que complacida de seguir disfrutando, así que le bajó el pantalón y comenzó a darle una mamada al hombre mayor, escupiendo su saliva sobre él para poder pajearlo rápidamente.

Esa chica joven era una profesional, Hindenberg supo que tenía razón de su atractivo en todas esas veces que la contemplo comiendo helado o en el gimnasio. Ahora ese culo era de el, y podía chuparlo, saboreando su juvenil sabor a fresa.

Cuando el estaba por hacer sus deseos realidad y follar a la pequeña chica, la campana los interrumpe. Sid tenía que volver a clases, así que se levanta y se despide del hombre, poniéndose su uniforme y yéndose rápido, prometiendo que jugarán de nuevo pronto.