Ned está muy nervioso porque los bravucones Jimbo y Kearney están afuera de su tienda intimidándolo. Les tiene mucho miedo y no sabe qué hacer con ellos, por lo que llama a Marge para que lo ayude a solucionar su problema. Marge le sugiere que se imponga y discipline a los jovencitos, pero igualmente se ofrece a ir personalmente a ayudarlo. Le dice a Flanders que hable con ellos mientras ella llega a socorrerlo.

Cuando llega, se encuentra a Ned completamente amordazado por los dos jóvenes, su rostro está todo moreteado y él tiembla del miedo que siente. Marge no puede creer que unos jovencitos hayan hecho algo tan atroz, pero ellos le dicen que le han hecho eso porque les ha hablado de una mala manera. Marge está consciente que en parte es su culpa por haberlo animado a enfrentarse a los bravucones, así que está dispuesta a ayudarlo con lo que sea.

Jimbo le dice que si quiere ayudar debe quitarse el vestido, de lo contrario tendrá que retirarse porque terminarán lo que han iniciado con Flanders. Marge en un principio se niega, pero la idea de dejar al pobre Ned a merced de esos pequeños delincuentes le aterra. Así que finalmente accede pidiéndoles que dejen en paz a Flanders. Jimbo y Kearney quedan completamente locos al ver los enormes pechos de la mamá de Bart al descubierto.

Ella se siente un poco incómoda cuando siente la mano de Jimbo recorrer su espalda. Especialmente cuando el chico se toma el atrevimiento de tocarle una teta y meterle la lengua hasta el fondo de su garganta. El chico tiene una gran erección y Marge se sorprende de lo enorme que se ve. Kealey anima a su amigo a que le muestre su polla a la mamá de Bart.

Cuando el chico se baja el pantalón y revela su gran polla, Marge queda totalmente impresionada de lo grande que es. Pero es una mujer casada, y sabe que no debería sentirse tentada por un chico que podría ser su hijo. Aunque trata de resistirse y negarse a dejarse llevar por la excitación que está sintiendo, Jimbo le dice que si no se pone manos a la obra las cosas se pondrán feas para Flanders. Ella accede, preguntándole lo que le gustaría que haga.

Kealey observa todo con entusiasmo, sintiendo enorme ganas de participar. Marge comienza a acariciar la polla de Jimbo, tratando de evitar que el chico se vuelva más violento. El bravucón disfruta de sentir las suaves manos de Marge sobre su polla; ella se alegra de que a él le esté gustando, pero le pide que por favor no le diga a nadie lo que están haciendo.

En cuanto él le dice que no se preocupe por su silencio, ella comienza a relajarse y demostrar lo mucho que le está gustando la situación. Marge le dice que le demostrará los talentos de una mujer mayor, dejando completamente impresionado a Flanders, que no puede creer que lo disfrute.

Empieza a chuparle la polla con mucha técnica, metiéndosela toda en la boca. Ella cada vez lo disfruta más, incluso la pasa tan bien que recurre a usar sus tetas. Sus enormes pechos abrazan la polla de Jimbo mientras ella escupe y empapa su puntita. El chico siente un placer inmenso, le cuesta mucho contenerse y se enloquece aún más cuando ella le pide que se corra en su boca.

Kealey tiene una gran erección al ver lo putilla que es la mamá de Bart, y Jimbo no se resiste más y se corre en la boca de Marge. Ella se la traga todo su abundante semen y Jimbo queda completamente satisfecho de su desempeño. Ahora que ya ha acabado con él, Marge está lista para Kealey, por eso le pide que se acerque a ella para ver si aguanta más que su amigo.

Marge saca su polla del pantalón, impresionada por lo gruesa que es, sabiendo que definitivamente se dará un banquete cuando la introduzca a su boca. Pero es tan grande que en realidad no cabe entera en su boca, igualmente se las ingenia para complacerlo aún más. Él goza con lo buena que es su mamada, pero quiere follarla ya y sentir lo caliente que está su coño madurito.

Ella acepta dejarlo follársela, pero antes deberá aguantar más que su amigo. Y para ello le dará el mismo nivel de placer, subiendo y bajando sus tetas por su polla. Sus tetas se sienten muy bien, y Kealey enloquece al sentirlas tan suaves sobre su pene. Marge cree que ya estará listo, pero el chico le asegura que eso no será suficiente para hacerlo acabar.

Por rendir tan bien, Marge decide que es merecedor del gran premio. Así que abre sus piernas completamente y deja ver su coño que está listo para ser penetrado. Inmediatamente Flanders tiene una gran erección, no se puede creer todo lo que está haciendo la buena Marge. Pero ella está muy decidida a dejar seco al joven bravucón.

Marge mete lentamente la polla de Kealey dentro de su coño, sintiendo cómo la puntita está tan hinchada y palpitante. Él goza con lo apretada que está Marge por dentro, por lo que no puede evitar dejarse llevar y penetrarla con mayor fuerza. Ella no para de decir que se siente mucho mejor que con su esposo, la gran polla del chico está destrozando todo su interior.

Ella lo monta como nunca, sintiendo que pronto se correrá por lo rico que se siente tenerla hasta el fondo. Kealey le advierte que si sigue cabalgándolo de esa manera hará que él se corra en su interior. Pero ella no se detiene, sino que aumenta más la intensidad de su movimiento. Luego se impresiona de que el chico realmente haya acabado dentro de su coño, al final estaba jugando con fuego.

Jimbo y Kealey agradecen a la señora Simpson por el momento de placer que les ha dado y le prometen no volver a portarse mal. Ella concluye en que realmente no son tan malos chicos como aparentan. En cuanto se marchan, Marge se da la vuelta para liberar a Ned y terminar de ayudarlo, Pero inmediatamente se da cuenta que él también tiene una gran erección. Parece que la cosa aún no acaba.