Por tener un resfriado, Iroshi salió temprano de la escuela. No era algo grave, pero su madre se preocupo bastante, motivado a la reciente pérdida de su marido, así que se aseguró de que cuidaría de su único hijo.

Iroshi intentó restarle importancia, pero su madre comprendía los muchos sacrificios que hacía su hijo que no harían otros hijos: tenía buenas notas, ayudaba en las tareas del hogar, preparaba la comida, y no se quejaba de su depresiva madre. Ni siquiera su esposo hacía esas cosas, aunque Iroshi le deja más que claro que no era como su padre.

Por alguna razón, a la mujer esto la hace sonrojar. Mientras hablaban, ella le busca una pijama para que se ponga, aunque Iroshi quiere que su madre dejé la habitación y él pudiera vestirse, ella insiste para hacerlo ella misma, pues ya antes lo vio desnudo.

No obstante, al bajar su pantalón vio la dura erección que tenía su hijo. El estaba avergonzado porque se puso duro por su madre. Aunque ella desconoce eso, igual quiere ayudar a su hijo, por lo que con su mano empieza a pajearlo, aumentando la velocidad hasta bordear el clímax.

A continuación, la mujer intenta subir el siguiente nivel frotando su vagina contra la polla de su hijo. Todavía tenía sus bragas puestas, pero el podía sentir lo húmeda que estaba, y lo comenta mientras le dice a su madre que era la mujer más hermosa que jamás vio.

Esto parece hacer reaccionar momentáneamente a la mujer que intenta apartarse porque estaba mal lo que hacían, pero su hijo la empuja para atrás. Para él, tenía todo el sentido, si se amaban que hicieran eso.

Así, Iroshi logra convencer a su madre para seguir, levantando su blusa para exponer sus pechos redondos, y empezar a darle un oral. La mujer usa su lengua para saborear la longitud de su hijo, al mismo tiempo que masturba su húmedo coño.

La madre empieza a jugar con sus bolas, jalandolas y haciendo gárgaras con ella. Ella siempre tuvo el miedo que su hijo la viera como un monstruo si se enteraba de sus sentimientos, que las personas los juzgue. Pero ahora que sabe el sabor de su polla, ella estaba dispuesta a mantener todo como un secreto, declara mientras hunde sus dedos más profundo en su intimidad y tiene un poderoso orgasmo.

Iroshi sabe que, más que familia, eran como dos amantes enamorados, y lo declaró mientras se corría en la boca de su madre. Esto le golpea como un nuevo golpe de realidad a la mujer, que huye despavorida. Para olvidar todo, la madre empieza a lavar los platos, pensando en las posibilidades más negativas, que sean descubiertos, privarle a su hijo de la juventud…

En ese momento, llega Iroshi para abrazarla por detrás para preguntarle si todo lo que le dijo era mentira. La madre le confiesa sus mayores temores, ¿qué pasará cuando ella sea muy vieja para él? ¿Qué pasaría si terminaran? ¿Cómo su relación podría repararse si Iroshi empezaba a amar a otra mujer más que a ella?

Iroshi oye todo mientras desvieste a su madre, abriendo su dilatado coño para, finalmente, empezar a follarla. Él disfrutaba del coño de su mamá más que nada, su madre era la mujer más bella, y estaba dispuesto a que ambos se mudaran a otra ciudad donde no los conocieran, solo para vivir en paz, como amantes.