Ryuu estaba más que feliz, después de mucho tiempo había conseguido tener sexo a su querida Obasan, y no podía evitar sonreír como un bobo mientras entrenaba. Hikaru, su querida amiga, notó esto, y le pregunta al respecto.

El chico obviamente niega cualquier cosa, lo que molesta a Hikaru, haciendo que se le ocurra obligarlo a acompañarla a correr por el pueblo. Ambos se adentran al bosque, donde Ryuu termina desfalleciendo del cansancio, así que deciden descansar.

En eso, comienzan a hablar de sus recuerdos infantiles donde, en realidad, se resumían en Hikaru obligando a Ryuu a hacer cosas que solo a ella le gustaban como escalar montañas, capturar insectos o nadar en el río, donde el pequeño Ryuu casi muere ahogado.

Mientras hablaban, Ryuu se da cuenta que Hikaru estaba tan sudada que su camisa se hizo translúcida, exponiendo sus inmensos pechos. Cuando la chica nota esto, le da un gran golpe a su amigo por no haberle dicho antes. Aunque su furia se transforma en algo más al notar la dura erección que Ryuu tenía en su pantalón.

Hikaru se acerca como un animal en celo, lujuriosa, para abrir el pantalón de su amigo, exponiendo su gran polla. Según ella, se notaba que estaba bastante emocionado, así que se iba a encargar de aliviarlo, dándole una profunda mamada.

Ryuu estaba sorprendido como su “Neechan” era capaz de darle una garganta profunda sin problema, dándole tanto placer que termina corriéndose rápidamente. No obstante, a Hikaru no le importa esto, saboreando cada gota de su semen, e incluso limpiando su miembro con su lengua.

El estaba sorprendido por la capacidad de su amiga, pero ella quería más. Hikaru se quita toda su ropa, exponiendo su mojado coño peludo, y abriéndolo con sus dedos, declarando que era todo suyo.

El chico no soporta el ofrecimiento y de una entierra toda su polla en su vagina, sacándole un sonoro gemido, junto a un pequeño chorro de sangre. Hikaru era virgen y le dio su virginidad a él. El chico le cuestiona por qué, a lo que ella solo le da un beso, declarando que era bastante obvio el motivo.

Ryuu no lo entiende, pero aún así empieza a moverse, aumentando lentamente sus penetraciones a medida que su “Neechan” se iba acostumbrando. De pronto, ambos comienzan a coger con gran vigor en el medio del bosque, con Ryuu saboreando los grandes pechos de su amiga, mordisqueando sus pezones, mientras entierra profundo su pene en ella.

Luego, Hikaru toma la iniciativa, cabalgando ella misma la gran polla Ryuu, mientras hacía expresiones lascivas que prendían a su amigo cada vez más. El chico incluso la termina empujando contra el árbol para seguir follándola, mientras sus suaves pechos raspaba la áspera corteza.

Lejos de disgustarle, el conjunto de sensación excitó todavía más a Hikaru, logrando llegar a su orgasmo, al mismo tiempo que su amigo, acaba en su interior. Era increíble, Hikaru sentía su vagina desbordar el semen de Hikaru, y estaba agradecida por eso.

Ya calmados, Ryuu aprovecha de preguntarle a su amiga el porqué lo molestaba tanto de niños, dándole a entender a su “Neechan” que todavía no entendía sus sentimientos. Por lo cual, ella le da una gran patada en su rostro, mientras le sonreía de forma coqueta.