Sid había quedado al cuidado de su tío Bob. Su madre no contestaba el teléfono y no regresaría hasta dentro de un rato, así que ambos estaban bastante aburridos. Entonces, ella le sugiere jugar lo que jugaron la última vez. El hombre se niega, sabiendo la insinuación, pero ella lo abraza de forma sugerente, aplastando sus pechos contra él.

Cuando su sobrina le vuelve a preguntar, exponiendo parte de su escote y su mirada angelical, su respuesta no es tan clara. Sid lo nota, así que se pone de pie, dejando su coño expuesto a la altura de su cabeza. Esto le hace darse cuenta que un poco de morbo no dañaba a nadie.

Así que, el tío Bob comienza a chupar el coño de su sobrina, saboreando su sabor juvenil mientras tomaba sus muslos. Ella estaba feliz por esto, y como recompensa se acuesta sobre la cara de su tío. Esto lo hace recapacitar, e intenta alejar a la chica, pero ella sigue molestando tocando su polla y moviendo su culo para él.

Su coño estaba mojado y su cuerpo caliente. Sid rogaba porque la poseyera, Bob estaba llegando a su límite y tener a su sobrina tocando su miembro no ayudaba. Mandando al diablo todo, decide sacar su inmensa polla en su pantalón, dejándosela a la chica para que empezara a darle una mamada.

No lo duda y empieza a darle unas buenas lengüetazos, saboreando el sabor de su tío, lubricando su polla con su saliva, mientras ella misma se ponía cada vez más mojada. Después de hacer acabar a su tío en su boca, Sid sintió que lo dejó seco, así que se colocó sobre él y empezó a masturbarse para él, llenando su polla con sus líquidos vaginales y calentándolo nuevamente.

El tío ya no iba a resistirse a su sobrina. La empujó al piso, y de una enterró su gran polla en su culo mientras la besaba. Estaba tan abierta y húmeda que su polla entraba fácilmente, y ella no hacía más que gemir de alegría, rogando que la cogiera más duro.

El hombre entonces decidió tomarla de las piernas y levantarla, para ponerla a cabalgar sobre su polla de pie. penetrando profundo en su ano, mientras Sid le gritaba que era su muñeca.

Cuando llenó su culo, siguió con su vagina, empezando a follarla sin condón, volviéndola a empujar para que sintiera como golpeaba su útero. El teléfono de Sid sonaba sin parar, pero a ella no le importaba, solo quería que su tío siguiera follándola, y él la recompensó al correrse una segunda vez.

La escena era de lo más caliente y lujuriosa, y estaba siendo vista a través de la ventana por la mejor amiga de Sid. Es difícil decir si lo sabía o no, pero la chica no paró de tener sexo con su tío, cabalgando su polla dura como una piedra sobre el sofá durante horas.

Incluso cuando oyeron llegar a la madre de Sid, lograron evitar que pasará a la sala para que la chica pudiera seguir siendo follada por la gran polla de su familiar. De ahora en adelante, ninguno de los dos iba a apartarse de su necesidad de unir sus cuerpos en una pasión pecaminosa.