Miyuki era una chica de burdel, se presentó con su nuevo cliente usando un cosplay de colegiala. Para su sorpresa, quién la había seleccionado fue Kousuke, su hermano menor. Según él, no sabía que ella trabajaba ahí, y solo había ido por recomendación de amigos que decían que en ese sitio estaban las mujeres con las mejores tetas.

Miyako le hace prometer a Kousuke que no le dirá nada a sus padres. Ahí pudo terminar todo, pero cuando la chica estaba por retirarse, su hermano le recuerda que él era un cliente y tenía que cumplir el servicio que le debía. Sin otra opción, Miyako comienza a chuparle la polla a su hermano.

Su polla era grande, gruesa y apenas le cabía en la boca. Ella no podía creer cómo la polla de su hermano había crecido tanto con los años, y lo mucho que le gustaba su sabor hasta hacerla mojar sus bragas.

No obstante, Miyako era más que consciente que su hermano siempre la había mirado de más, por lo que se descubrió sus inmensas tetas para poder hacerle una paja a su hermano, apretando su gran polla con ellos hasta casi hacerlo desaparecer.

El placer de Kousuke era inmenso, y rápidamente terminó eyaculando en la cara de su hermana, quién se puso a saborear su semén y su sabor dulce. Esa gran carga le dejó más que claro que su hermano tenía mucho semén almacenado, así que decidió que ella misma lo dejaría con sus bolas secas.

Aunque el burdel no permitía que sus chicas tuvieran sexo con clientes, ella igual abrió su chocho con sus dedos para que su hermano menor la folle. Kousuke acepta encantado y la penetra de un sentón, haciéndola tener un orgasmo al instante.

Aún así, el decidió empezar a mover sus caderas, penetrando profundo la vagina de la chica, haciéndola gemir como loca y rogar que le diera más duro, mientras apretaba sus pezones. Su polla era increíble y Miyako quedó deleitada al sentir como llenaba su interior con su semen.

Kousuke quedó exhausto, pero ahora era su “onee-chan” quién no le permitía un descanso, empezando a cabalgar su polla sensible. Moviéndose rápido mientras apretaba sus nalgas para que sintiera enteró. La chica estaba llena de placer, logrando tener un nuevo orgasmo al mismo tiempo que su hermano se corría una segunda vez.

Los dos hermanos tuvieron sexo hasta el cansancio. Unos días después, Kousuke volvió a ir al burdel, sin ningúna vergüenza, para poder acostarse de nuevo con su hermana, que ahora vino vestida de enfermera para él. Eso no estaba mal, después de todo, ¿no eran un cliente y una trabajadora?